agosto 24, 2013
Esta antigua capital imperial nos parece bastante decadente y mal conservada frente a otros destinos de Vietnam como Hoi An. La Ciudad Púrpura Prohibida, con un perímetro de 10 km, merece una visita pero es latente que el bombardeo norteamericano que sufrió en la Guerra de Vietnam la redujo prácticamente a cenizas. Todavía se conservan cosas en pie pero se nota que queda mucho por hacer y lo que debían ser jardines ahora mismo es un descampado, seco y destartalado, por lo menos así estaba cuando lo visitamos en el mes de agosto.
La verdad es que esperábamos más de este monumento declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. La parte antigua de la ciudad de Hue, a modo de ciudadela amurallada rodeada por el río Perfume, se comunica con la parte moderna por varios puentes de piedra. Esta zona son básicamente callecitas estrechas y casi despobladas, se respiraba un fuerte aire de abandono. Nos encontramos a una familia francesa que viajaba con sus hijos adolescentes y que habíamos conocido en la excursión de la Bahía de Halong.
Con el hotel de Hue pinchamos sobremanera. La recepcionista de Hanoi nos había echo el favor de llamar y reservar habitación en un hotel (le habíamos dado nombre y teléfono). En teoría era un hotel con encanto, en la vereda del río, con muy buenos comentarios, incluso se ofrecieron a venir a buscarnos a la estación de autobús. El autobús llegó con un retraso de 5 horas a Hue, la chica del hotel estaba allí esperando, la pobre. Cual fue nuestra sorpresa cuando llegamos al hotel y era otro nombre y otro lugar. Resultó que el teléfono que salía on line era el de otro sitio, que se correspondía con un antro-hotel llamado "Why Not". Uno de los peores hoteles del todo el viaje, cutre, viejuno, sin ventanas, oloroso, oscuro... lo tenía todo. Estuvimos a punto de no quedarnos pero como sólo eran dos noches y la chica había estado 5 horas esperando decidimos hacer de tripas corazón y quedarnos allí. Los niños también estaban espantados pero se adaptaron en seguida y más cuando descubrieron que en la recepción había un ordenador con un montón de juegos.
Esa noche fue bastante difícil encontrar un lugar donde cenar en la parte antigua porque todo estaba cerrado a cal y canto y no se veía ni un alma. Al final buscamos por Internet y encontramos un restaurante muy bien puesto, en una casa vietnamita preciosa. Fuimos hasta allí con las motos. Cenamos de miedo.
El segundo día, nos subimos de nuevo a las motos y recorrimos los 12 kilómetros que separan Hue de la tumba imperial de Tu Duc. Nos gustó más esta visita que la de la ciudad Púrpura. Eran palacios en los que el emperador debía gobernar una vez muerto. Los niños corretearon como locos por el recinto. De vuelta paramos en una tienda, a pie de carretera, a comprar galletas y yogures. Merendamos en un pequeño parque urbano donde había niños jugando y señoras haciendo ejercicio.
Por la noche, nos acercamos a cenar a un mercado local situado en la vereda del río, cenamos pescado a la plancha (bastante bueno). Antonio tuvo la mala suerte de rajarse de nuevo el dedo del pie con una losa suelta del pavimento (un saliente). Es lo que tiene ir con chanclas de dedo que encima te van pequeñas, en fin. También vimos algunas ratas correteando por la zona donde aparcamos las motos. Los niños querían ir al baño pero no se atrevían a entrar en el baño público después de haber visto las ratas.
El paseo por el mercado estuvo bien. Los niños se hicieron amigos de una niña que al final cenó con nosotros (era hija de unos vendedores de un puesto en el que tallaban tu nombre en un grano de arroz).
Sólo pasamos dos noches en esta ciudad y la verdad es que si no se dispone de mucho tiempo para recorrer Vietnam, Hue es de esos lugares totalmente prescindibles, hay otras cosas más interesantes para visitar y hacer. Esa es nuestra opinión.
MAKUTEROS - FAMILY RUN - HUE
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